domingo, 30 de agosto de 2020

MI OTRA MITAD


 

Aquella noche de invierno me notaba vigilada por un mal atávico y profundo que buscaba detenerme a toda costa. Asomada a la ventana del salón, no se oía ni el viento, ni los sonidos de la naturaleza. Daba la impresión de estar en otro espacio tiempo distinto de nuestro mundo. Pero no era menos perturbador, el pensamiento que carcomía mi cerebro, alejando cualquier indicio de cordura.

Y entonces, los gritos volvieron a interrumpir el silencio, como música para mis oídos. Bajé al sótano, procurando que mis tacones rechinaran en cada escalón. Disfruté de ese instante. Los gritos eran desgarradores. Lamentos de dolor y frustración. ¿Por qué no decirlo? de puro terror. Era su justo castigo. Ese montón de mierda debía sentir lo mismo que él me hizo a mí. Ahora mandaba yo. Era quién tenía el control y eso me gustaba.

De ese hombre, tan fornido y viril, como se mostró aquel maldito día, marcado en mi memoria para siempre, en el que me agredió sexualmente, ya solo quedaba un niño aterrorizado que probaba su propia medicina. Lo que no esperaba encontrarme es con mi otra mitad. Mi reflejo oscuro, Mi lado más sobrenatural. Me quedé pálida, al detectarlo. Esa no era yo. Me resistí; corté las ataduras del chico y le grité que escapara, que no mirara atrás. Le había perdonado la vida, mientras mi espalda crujía. Me retorcí como una muñeca articulada y entonces…la sombra salió de mí, tan negra que no se le veía ropa ni rostro alguno. Solo una sombra que se pegaba a una pared, emitiendo un chirrido insoportable. Apreté los párpados un segundo antes de verla ascender por la pared de la escalera, persiguiendo a mi prisionero. Los apreté tan fuerte que el dolor me hizo abrirlos de golpe. Cuando lo hice, mi sombra ya no estaba allí

¿SE PUEDE SER ORIGINAL AL ESCRIBIR?

¿Es posible crear un texto único y completamente nuevo? Dicen que todo está inventado, pero sin renegar de los maestros, deberíamos ser capa...